Nada más empezar su turno, la camarera ve entrar a una mujer al Criper. Se coloca justo delante de ella y le dice:
– Vamos a ver… A ver cómo puedo decirte esto para que lo entiendas… Tengo dos hijos y estoy sin trabajo-
– No -dice la camarera, pensando que no tiene por qué dar nada a nadie, y menos a una que le habla como si fuera idiota. De todas formas se le ve a la legua que es mentira.
– ¿No?
– No -repite señalando la puerta.
Mientras la gorrona número 1 sale por la puerta está entrando un cliente nuevo y la gorrona número 1 le oye decir:
– … soy viuda y tengo un niño pequeño.
El cliente se debe oler que es una mentirosa, porque la ignora para entrar. Entran dos o tres personas más, todas para ir al baño o para que les den agua, como si el Criper fuera un aseo público o una fuente. La camarera se pregunta por qué no hay un cartel que diga: EL BAÑO SÓLO PARA CLIENTES. Pero no hay forma de convencer al jefe.
Un rato después aparece un hombre, saca tabaco en la máquina y mira a la camarera.
– Oye, ¿me das un bocata, que llevo dos días sin comer?
O sea, que para los vicios sí tiene dinero, pero para comer no…, piensa la camarera, cortándole con otro NO.
– ¿Y un pinchito?
– NO
El gorrón número 2 sale refunfuñando por lo bajo y la camarera se queda sóla, hasta que un anciano entra en el bar y, colocado al lado de la máquina de tabaco, pregunta:
– ¿Tienes tabaco?
La camarera le señala la máquina y el viejo la mira otra vez.
– Es que no tengo cambio -dice.
– Pues deme el billete y se lo cambio por monedas -responde la camarera.
– No, no me explico… No tengo dinero ¿me puedes dejar?
La camarera le señala la puerta y el viejo, encogiéndose de hombros, sale. Entre tanto, un ludópata se deja unos 100 euros jugando a la tragaperras y se le acaba el dinero.
– ¿Me reservas la máquina? -pregunta, aparentemente sin ver el cartel en el que pone que las máquinas no se reservan.
– No puedo -responde la camarera.
– Entonces déjame 20 euros, mujer, que está a punto.
– NO
– Pero si soy de fiar
– NO
– Es que, hay que ver, encima que me dejo aquí el dinero…