Cuando llega la camarera, su compañero le señala a un tipo que hay en la barra y dice que va a llamar al jefe. Al parecer, según se ha sentado, sin haberle servido nada, se ha caído y se ha dado un golpe. El tipo no puede tenerse en pie y afirma rotundamente que está loco, mostrando los papeles que, según él, son el alta del manicomio, que se la ha dado esta mañana. Llaman al jefe y a la ambulancia, pero tarda muchísimo y el tipo empieza a alborotar. El jefe aparece y, como el loco no para de molestar, no tiene más remedio que echarle, pero él dice:
-No, porque yo estoy loco. Ya he estado en la policía, aunque estoy loco. He salido hoy del manicomio, pero mire, que ya he estado en la policía y no me voy -dice mostrando una denuncia por el robo de una bandera de España y un banderín. En estas aparece la ambulancia y le miran, pero el loco se niega a acompañarles al hospital y acaban marchándose.
Al poco aparecen los municipales y la nacional, que han sido llamados por el jefe ante la negativa del loco de marcharse. Le conocen, porque llevan toda la mañana echándole de bares y siempre con la misma historia, y consiguen que se largue.
El jefe se larga y la camarera se queda sola, con un palo a su alcance por si las moscas, viendo atónita la escena que se desarrolla en la calle. El loco se ha vuelto a sentar en un banco y se ha vuelto a caer, dándose un terrible golpe en la cabeza que comienza a sangrar.
Un transeunte llama de nuevo a la ambulancia y, como esta vez está demasiado aturdido para resistirse, se lo llevan al hospital.
Desde luego, la historia es sorprendente. Pero lo que más me llama la atención es que sea la primera parte. ¿Volvisteis a tener noticias suyas?
Alucino.
increíble, pero cierto. Va a haber tres partes que van a englobar unas 5 o 6 visitas suyas, la última de ellas ayer, que se dedicó a amenazarme…
Qué problema estar en un sitio público y tener que soportar esta clase de personas.