Un señor robusto entra al Críper y pregunta:
—¿Dónde está el baño, por favor?
—Es sólo para clientes —dice la camarera. Repite tantas veces esa frase todos los días que parece un mantra.
—He estado aquí hace cinco minutos —protesta él.
—Difícilmente, dado que yo llevo aquí veinticinco y ha estado vacío desde entonces.
—Que sí. Estuve sentado en esa mesa —señala a la última— y tomé una caña. Y un café —añade al ver que ella no cambia de expresión.
—En esa mesa —finge dudar ella.
—Sí.
—Qué curioso. Está justo al lado del baño. ¿Cómo es que no sabías dónde estaba?
El tipo enrojece y se larga sin decir una palabra más.
Mentiras
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