El loco defensor

Uno de los clientes habituales del Críper está oficialmente loco. No loco como el que tuvo que denunciar la camarera, es un loco con el que se puede charlar tranquilamente. De hecho, por lo que ha contado, en el lugar donde va a terapia hay un tipo que se sobrepasa con las mujeres y ya se ha enfrentado a él varias veces para protegerlas.

Un día, el loco se queda muy pendiente de la ventana y, cuando ve pasar a su objetivo, se enzarza con él y le amenaza. Luego vuelve al bar tranquilamente y dice:

-Ese es él. Se va a enterar de lo que es bueno, como no rectifique su comportamiento voy a estar encima de él a la menor ocasión. Total, como estoy loco, aunque me delate no va a haber consecuencias.

A partir de ese momento, el loco, sobre esa hora, vigila por la ventana del bar, pero no vuelve a verle pasar.

-Qué raro -dice él-. Tiene que pasar por aquí para llegar a su casa.

-Si sabe que le estás esperando, seguramente salga por la otra boca de metro y dé un rodeo -dice la camarera.

-Ah, pues en eso no había caído yo -comenta él, pensativo.

Desde ese día, el loco viene un poco antes y se marcha siempre en dirección a la otra boca de metro cuando calcula que el otro va a pasar.

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