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El loco (parte 1)

Cuando llega la camarera, su compañero le señala a un tipo que hay en la barra y dice que va a llamar al jefe. Al parecer, según se ha sentado, sin haberle servido nada, se ha caído y se ha dado un golpe. El tipo no puede tenerse en pie y afirma rotundamente que está loco, mostrando los papeles que, según él, son el alta del manicomio, que se la ha dado esta mañana. Llaman al jefe y a la ambulancia, pero tarda muchísimo y el tipo empieza a alborotar. El jefe aparece y, como el loco no para de molestar, no tiene más remedio que echarle, pero él dice:

-No, porque yo estoy loco. Ya he estado en la policía, aunque estoy loco. He salido hoy del manicomio, pero mire, que ya he estado en la policía y no me voy -dice mostrando una denuncia por el robo de una bandera de España y un banderín. En estas aparece la ambulancia y le miran, pero el loco se niega a acompañarles al hospital y acaban marchándose.

Al poco aparecen los municipales y la nacional, que han sido llamados por el jefe ante la negativa del loco de marcharse. Le conocen, porque llevan toda la mañana echándole de bares y siempre con la misma historia, y consiguen que se largue.

El jefe se larga y la camarera se queda sola, con un palo a su alcance por si las moscas, viendo atónita la escena que se desarrolla en la calle. El loco se ha vuelto a sentar en un banco y se ha vuelto a caer, dándose un terrible golpe en la cabeza que comienza a sangrar.

Un transeunte llama de nuevo a la ambulancia y, como esta vez está demasiado aturdido para resistirse, se lo llevan al hospital.