Archivo por meses: diciembre 2013

¡Al fin alitas!

El tipo de las alitas regresa al Criper tiempo después y la camarera, nada más verle entrar, le dice:

—Hoy sí que hay alitas.

La cara del hombre se ilumina y se inclina sobre el mostrador.

—Oh, bien, perfecto. ¿Y un lugar para llamar? —Ella niega con la cabeza—. Vale. Dentro de un rato vuelvo y me tomo un botellín.

Dicho esto, se larga sonriente. Pero no vuelve y no se toma ni el botellín… ni las alitas.

Pago yo

Dos amigos entran al Críper y se piden un par de jarras de cerveza. Se ponen a hablar con la típica conversación que la camarera llama «Yo más», haciendo bastante ruido.  No obstante, como no hay nadie más y a ella no la molestan les deja hasta que, cuatro jarras más después, piden la cuenta.
En cuanto les dice la cifra, empieza la pelea. Ambos se apresuran a sacar los billetes, como pistoleros en un duelo. El billete del primero que lo saca es arrebatado por el que tardó más. Los dos amigos se miran fijamente y dicen al unísono:
—Pago yo.
El que tiene los dos billetes pone el suyo en la barra, mientras el otro se lanza contra él, tanto para recuperar su billete como para evitar que la camarera coja el de su amigo. Los dos ordenan a la joven que no coja el billete del contrario, aunque ni siquiera está segura de cuál es de quién. Ella se les queda mirando mientras forcejean y, cuando ve que van a llegar a las manos, tira del primer billete que queda al alcance su su mano y, se cobra de allí.
Los clientes se han quedado callados y la siguen con la mirada, atónitos, mientras ella planta el platito con las vueltas entre amos con actitud desafiante. Ninguno dice nada: uno recoge las vueltas, otro fulmina con la mirada a su amigo, pero dejan de pelearse y se marchan con cierta tranquilidad.