Un hombre de color entra en el Criper y pregunta:
– ¿Tenéis bocatas?
La camarera responde que sí y le enumera la lista de rellenos del bocata que tienen. Él mira las tapas detenidamente:
– ¿Puede rellenarse de lo que hay aquí?
La camarera le dice que la tortilla sí se puede meter en un bocata, pero las demás cosas difícilmente.
– Es que yo lo quiero de esto -protesta el cliente, señalando las alitas de pollo.
Tanto la camarera como los demás clientes miran atónitos al hombre y la camarera dice:
– No.
– Son alitas de pollo.
– Ya.
– Tienen hueso.
– Ya.
La camarera se encoge de hombros y va a la cocina, donde descubre que no queda pan.
– ¿Puede esperar un momento a que me lo traigan? -pregunta.
– No, tengo prisa -responde, saliendo por la puerta cabreado.